http://ask.fm/GoodTimesGonnaCome ha hecho una descripción viendo una fotografía mía:
Vamos a ver, Raquel.
Tu foto de perfil me muestra muchas cosas, y facetas tuyas.
Para empezar, creo que sufres de un trastorno emocional fuerte. Mira, fíjate y compara tu sonrisa con tus ojos.
No dicen lo mismo, mira tu sonrisa. Está radiante. Pero, ¿Estas feliz? ¿Eres feliz?, esa sonrisa si bien no es fingida, es poco verdadera. Está vacía.
Mira tus ojos, están tristes.
Estas cansada, eres tan insegura, pero tanto, que te tienes hasta asco. Es triste, porque eres muy linda, y no me canso de decírtelo.
Eres muy amorosa con todos, eres enamoradiza, y eso es debido a que sientes que te falta tanto cariño, que intentas refugiarte en los demás.
Estás indefensa. A la deriva. Te sientes desprotegida, y eso aumenta tu inseguridad.
Cuando intentas pasarla bien, algo en tu mente te tira siempre hacia abajo. No estas conforme con nada, ni nadie.
Es triste decirlo, pero estas perdiendo la esperanza. Y es que cuando intentas que algo te salga bien, todo te juega en contra.
Descargas el odio que tienes hacia el mundo, en ti. Y eso no está bien.
Te fijaste una meta. Estás siguiendo un sueño, que sabes, es enfermo. Y también sabes, que no es un juego.
Estás arrepentida, si miras hacia atrás, y te ves a ti, siendo una niña, sin problemas -o no tantos como ahora- te pones a llorar.
Por eso mismo intentas no recordarlo, porque duele.
Te duele que la relación con tu padre sea distante, y te escudas en el sarcasmo, en la ironía. Dices que está bien, que no importa... que te acostumbraste, pero sabes que no es así. Y no hay un día en el que no te duela.
A tu madre la quieres, pero también tienes un rencor ahí, por no apoyarte de la forma que esperas. Y es que ¿sabes lo que pienso?, pienso que sabes que la única que puede ayudarte eres tú, pero sin embargo, sigues allí. Esperando, parada en la nada, a que alguien llegue y te saque todos tus prejuicios, y trancas, y traumas hacia ti misma.
Amas mucho a alguien, y tienes miedo a perderla. En este momento, al leer ésto, estás pensando en esa persona. Es mujer. Sabes que se irá pronto, pero no quieres asumirlo, porque estas consciente de que el día que ella ya no esté ahí para ti, tu mundo se caerá.
No todos los días son malos para ti. Hay días en los que te sientes poderosa. Invencible. O más bien, momentos. Porque como dije, siempre hay algo que te hace pensar en lo malo.
Te acompleja tu cuerpo, te acompleja tu personalidad, y te acomplejan los que te rodean.
Eres buena Raquel, y lo sabes, no tienes malos pensamientos hacia los demás, y eso es porque el odio se va hacia ti misma. No eres capaz de odiar a alguien, porque todo ese odio lo has ido metiendo dentro de ti.
Aunque... viendo bien dentro de ti, si odias a alguien. A alguien en concreto. Y hasta has pensado en matarlo.
Se me acaba el espacio para escribirte, pero de ti podría estar hablando horas, eres una caja de pandora, y a la vez un libro abierto.
Vamos a ver, Raquel.
Tu foto de perfil me muestra muchas cosas, y facetas tuyas.
Para empezar, creo que sufres de un trastorno emocional fuerte. Mira, fíjate y compara tu sonrisa con tus ojos.
No dicen lo mismo, mira tu sonrisa. Está radiante. Pero, ¿Estas feliz? ¿Eres feliz?, esa sonrisa si bien no es fingida, es poco verdadera. Está vacía.
Mira tus ojos, están tristes.
Estas cansada, eres tan insegura, pero tanto, que te tienes hasta asco. Es triste, porque eres muy linda, y no me canso de decírtelo.
Eres muy amorosa con todos, eres enamoradiza, y eso es debido a que sientes que te falta tanto cariño, que intentas refugiarte en los demás.
Estás indefensa. A la deriva. Te sientes desprotegida, y eso aumenta tu inseguridad.
Cuando intentas pasarla bien, algo en tu mente te tira siempre hacia abajo. No estas conforme con nada, ni nadie.
Es triste decirlo, pero estas perdiendo la esperanza. Y es que cuando intentas que algo te salga bien, todo te juega en contra.
Descargas el odio que tienes hacia el mundo, en ti. Y eso no está bien.
Te fijaste una meta. Estás siguiendo un sueño, que sabes, es enfermo. Y también sabes, que no es un juego.
Estás arrepentida, si miras hacia atrás, y te ves a ti, siendo una niña, sin problemas -o no tantos como ahora- te pones a llorar.
Por eso mismo intentas no recordarlo, porque duele.
Te duele que la relación con tu padre sea distante, y te escudas en el sarcasmo, en la ironía. Dices que está bien, que no importa... que te acostumbraste, pero sabes que no es así. Y no hay un día en el que no te duela.
A tu madre la quieres, pero también tienes un rencor ahí, por no apoyarte de la forma que esperas. Y es que ¿sabes lo que pienso?, pienso que sabes que la única que puede ayudarte eres tú, pero sin embargo, sigues allí. Esperando, parada en la nada, a que alguien llegue y te saque todos tus prejuicios, y trancas, y traumas hacia ti misma.
Amas mucho a alguien, y tienes miedo a perderla. En este momento, al leer ésto, estás pensando en esa persona. Es mujer. Sabes que se irá pronto, pero no quieres asumirlo, porque estas consciente de que el día que ella ya no esté ahí para ti, tu mundo se caerá.
No todos los días son malos para ti. Hay días en los que te sientes poderosa. Invencible. O más bien, momentos. Porque como dije, siempre hay algo que te hace pensar en lo malo.
Te acompleja tu cuerpo, te acompleja tu personalidad, y te acomplejan los que te rodean.
Eres buena Raquel, y lo sabes, no tienes malos pensamientos hacia los demás, y eso es porque el odio se va hacia ti misma. No eres capaz de odiar a alguien, porque todo ese odio lo has ido metiendo dentro de ti.
Aunque... viendo bien dentro de ti, si odias a alguien. A alguien en concreto. Y hasta has pensado en matarlo.
Se me acaba el espacio para escribirte, pero de ti podría estar hablando horas, eres una caja de pandora, y a la vez un libro abierto.
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