jueves, 24 de julio de 2014

Yo solía ser más realista.

Hoy me he levantado de la cama con ganas de luchar, ayer me intentaron hundir hablando mal sobre mi cuerpo, pero no me importó. No me dolió. Me molestó en un principio que estuvieran hablando sobre mí y mi cuerpo pero luego me di cuenta de que no me tiene que importar. Y no lo hizo. No me importó.
El año pasado también me lo hicieron, también me atacaron, el año pasado me cortaba después de leer los insultos y humillaciones hacia mi persona.
Anoche me puse música tranquila, me dije a mí misma que dejaría un tiempo pasar para tranquilizarme antes de escribir nada o antes de ponerme a hacer cosas que no me debo hacer a mí misma.
Y funcionó, hace un año no me hubiera imaginado que ahora estaría avanzando tanto.
Lo único malo es que mientras avanzo en algunas cosas en otras estoy estancada o voy todavía peor.
Me mantengo en un cuerpo saludable, intentando no bajar ni subir. Mi cabeza discute entre ella, una parte quiere bajar y estar en los huesos y otra me dice que es mejor estar sana.
Creo que antes de subir o bajar de peso tendré que dejar que mi mente se centre, que se tranquilice.
Aunque sé que no depende de mí, y que si ahora viniera una temporada de atracones o de no comer casi nada no podría evitarlo, pero me gusta pensar que tengo el control, que yo puedo.(Así es como me engaño siempre a mí misma). 
Estoy descubriendo los engaños de mi mente, esos 'no es tan grave', 'tú controlas', 'bajar un poco más no te hará daño', 'estás obesa ¿acaso no lo ves?'.
Esos engaños que me iban consumiendo, ahora está en mi mano luchar por pararlo o dejar que me consuma. Depende de mí y depende de como vayan las cosas a mi alrededor. 
Hoy estoy demasiado positiva, yo solía ser más realista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario